Quebrada de Humahuaca-Jujuy

Quebrada de Humahuaca-Jujuy
El cerro de siete colores, Purmamarca

viernes, 9 de septiembre de 2011

Ocultar sus planes, la mejor arma de CFK para octubre

Por Carlos Tórtora para el Informador Público
En la dirigencia política opositora hay consenso acerca de que, después de ganar el 23 de octubre, CFK pondrá en marcha la profundización del modelo. En la práctica, esto podría significar la estatización del comercio exterior, una intervención cada vez mayor del Estado en el mercado cambiario, la sanción de la ley de identidad de género, el rediseño del mercado mediático a través de la aplicación de la ley de medios y, tal vez, hasta la ley de participación de los trabajadores en las utilidades de las empresas. En el campo de los derechos humanos, trascendió que el CELS y otras entidades están trabajando en una nueva ola de juicios por delitos de lesa humanidad. La misma giraría en torno al procesamiento de los civiles, ex funcionarios, empresarios y comunicadores ligados al último proceso militar, los que serían acusados por su supuesta complicidad con las cúpulas militares de esa época. Este proyecto tendría la ventaja extra de servir para presionar a varios grupos empresarios además de Papel Prensa, por ejemplo.
Inteligentemente, el gobierno evita mostrar indicios claros de cómo funcionará la profundización del modelo, para no exacerbar los temores de un amplio sector de la clase media, que hoy oscila entre votar a CFK y comprar dólares por las dudas. El ocultamiento de las verdaderas intenciones oficiales pasó a ser así la pieza maestra de la comunicación oficial. La presidente habla diariamente por televisión, sólo para dar buenas noticias y anunciar grandes proyectos, pero eludiendo los temas más conflictivos.
El discurso presidencial ha sido depurado al máximo de elementos ideológicos, que son revulsivos, y ya no hay menciones a los ‘70 y la lucha revolucionaria. También -escándalo Schoklender de por medio- Cristina redujo al mínimo las evocaciones a la épica de los derechos humanos. El eje del mensaje es la gestión y la fortaleza de la economía más allá de lo que ocurra en el mundo y hasta en la región.

Un claro objetivo
Ante esta estrategia de campaña basada en la negación de la política, los candidatos opositores no encuentran el modo de reposicionarse. Hasta ahora, ninguno se atreve a plantear la insustentabilidad del modelo destacando las señales de alarma, como la presión alcista del dólar y el aumento de la fuga de capitales. Daría la impresión de que Ricardo Alfonsín, Hermes Binner y Alberto Rodríguez Saá temen que predecir el fin del alto consumo y la soja con precios record pueda provocar más rechazo que aceptación en una sociedad reacia a admitir los riesgos del modelo. Como excepción, Eduardo Duhalde apunta a intentar la polarización con CFK, aunque todavía no rearmó su estrategia de campaña. Los especialistas en campañas electorales coinciden en que, en estas circunstancias, la polarización el 23 de octubre es casi imposible. En su libro Manual de Comunicación Política, Crespo, Garrido, Carletta y Riorda señalan: “Cuando las encuestas son claramente positivas para un candidato, difícilmente se produzca una coordinación electoral entre los votantes para evitar su triunfo, pues las escasas expectativas de voto de los demás candidatos no inducen al voto estratégico”. En el actual cuadro, la posibilidad de una segunda vuelta es remota. Pero si alguno de los presidenciables opositores consiguiera trepar hasta el 20 por ciento, a su alrededor podría construirse un nuevo esquema alternativo al kirchnerismo, con perspectivas de crecer rápidamente si las señales de alarma de la economía se convierten en dificultades mayores.
Esto sería hoy por hoy lo que está en juego el 23 de octubre. Con su inmovilidad y su perfil cuidadosamente no agresivo, el gobierno da poco tema para sus críticos. Su objetivo sería que no se altere el actual statu quo opositor, que le resulta ideal. Esto es, cuatro candidatos opositores que están entre 8 y 12 puntos en un empate técnico. Si ésta termina siendo la distribución de votos en octubre, no sólo CFK tendría un cómodo triunfo, sino que la oposición entraría en una etapa de atomización con final abierto, porque podrían estallar internas de alto voltaje.
Fuente:http://www.informadorpublico.com/1111296.html

No hay comentarios:

Publicar un comentario