El impacto del pase de Raúl Othacehé a las filas del Frente Renovador tuvo ayer distintos ecos. Para empezar, en el massismo aseguran que el intendente de Merlo se habría comprometido con Sergio Massa a producir en los próximos días dos nuevas incorporaciones, la de los intendentes de Esteban Echeverría y Presidente Perón, Esteban Grey y Aníbal Regueiro. Se trataría del inicio de una operación destinada a perforar el control kirchnerista sobre la Tercera Sección Electoral.
En otras palabras, colocar al gobierno a la defensiva. En este plan, el principal blanco sería la candidatura presidencial de Daniel Scioli, al cual culpan ahora en Olivos por su creciente pérdida de influencia sobre los municipios, pese a la defensa pública de su figura que ensaya Carlos Kunkel. De más está decir que una crisis en la tercera sección electoral colocaría en tela de juicio la candidatura del gobernador, sobre todo cuando se mencionan insistentemente conversaciones reservadas entre Massa y Florencio Randazzo, que aspira a la gobernación bonaerense.
Un avance del massismo en la tercera sección también podría poner en riesgo la precandidatura a gobernador de Darío Giustozzi, intendente de Almirante Brown y el dirigente massista más lanzado a la carrera por la gobernación, al cual ahora podrían aparecerle competidores de fuste.
El problema central
El otro frente que se agita es el de La Matanza. El cambio de bando de Otahecé reavivó las sospechas del oficialismo sobre las reales intenciones del intendente de La Matanza Fernando Espinoza, que insiste en repetir que Massa tiene abiertas las puertas del PJ en caso de que decida volver. Las relaciones entre los alcaldes de La Matanza y Merlo son estrechas y ahora corren especulaciones sobre un inminente distanciamiento del primero en relación a Scioli, aunque sin separarse formalmente del cristinismo. Según otra interpretación, la mayor parte de los intendentes K que pueden llegar a despegar del gobierno esperarían los resultados de la puja salarial en marcha y si el gobierno consigue imponer el tope salarial del 25% sin que se produzca un estallido de conflictos sindicales. Como consuelo, en la Casa Rosada se empiezan a sacar cuentas, que las encuestas confirmarán o no, acerca del impacto negativo que podría tener en los sectores de clase media del primer cordón del conurbano la incorporación de Otahecé, uno de los caudillos peronistas que suman mayor cantidad de denuncias de corrupción. Massa, un acumulador nato de poder, no parece en cambio preocuparse demasiado por la contradicción entre sus proclamas renovadoras y la sumatoria de figuras sumamente cuestionadas. En la lógica del massismo, si se llega al derrumbe de la candidatura de Scioli el oficialismo no podría promover a ningún otro candidato que lo sustituya y se aceleraría el pase de dirigentes hacia el Tigre.
Carlos Tórtora
Un avance del massismo en la tercera sección también podría poner en riesgo la precandidatura a gobernador de Darío Giustozzi, intendente de Almirante Brown y el dirigente massista más lanzado a la carrera por la gobernación, al cual ahora podrían aparecerle competidores de fuste.
El problema central
El otro frente que se agita es el de La Matanza. El cambio de bando de Otahecé reavivó las sospechas del oficialismo sobre las reales intenciones del intendente de La Matanza Fernando Espinoza, que insiste en repetir que Massa tiene abiertas las puertas del PJ en caso de que decida volver. Las relaciones entre los alcaldes de La Matanza y Merlo son estrechas y ahora corren especulaciones sobre un inminente distanciamiento del primero en relación a Scioli, aunque sin separarse formalmente del cristinismo. Según otra interpretación, la mayor parte de los intendentes K que pueden llegar a despegar del gobierno esperarían los resultados de la puja salarial en marcha y si el gobierno consigue imponer el tope salarial del 25% sin que se produzca un estallido de conflictos sindicales. Como consuelo, en la Casa Rosada se empiezan a sacar cuentas, que las encuestas confirmarán o no, acerca del impacto negativo que podría tener en los sectores de clase media del primer cordón del conurbano la incorporación de Otahecé, uno de los caudillos peronistas que suman mayor cantidad de denuncias de corrupción. Massa, un acumulador nato de poder, no parece en cambio preocuparse demasiado por la contradicción entre sus proclamas renovadoras y la sumatoria de figuras sumamente cuestionadas. En la lógica del massismo, si se llega al derrumbe de la candidatura de Scioli el oficialismo no podría promover a ningún otro candidato que lo sustituya y se aceleraría el pase de dirigentes hacia el Tigre.
Carlos Tórtora
Fuente:http://misionesparatodos.com/despues-de-otahece-vuelven-las-sospechas-sobre-las-relaciones-entre-massa-y-espinoza/
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